Un querido lector me informa de que el venerable don José María García Lahiguera (1903-1989) también adoptó la costumbre que vimos ayer en algunos prelados dominicos, y éste sin serlo. Fue cosa de devoción, nos lo explica el propio obispo en su edificante Diario: "El rosario lo llevo como escapulario noche y día, que lo llevo como cadena de mi pectoral; que duermo siempre con él, entrelazado en muñeca y mano derecha."
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